viernes, 18 de marzo de 2016

COLIBRÍES

Colibrí en mi ventana
Pasan zumbando a vuelo rasante por encima de nuestras cabezas cual pequeños bólidos hipersónicos turbo-propulsados de plumas tornasoladas a todo batir. Los colibríes son el ideal de cualquier ingeniero aeronáutico; lo mismo son capaces de salir disparados como saetas en un solo instante como de suspenderse en el aire cual minúsculos helicópteros con el mejor vuelo controlado del mundo. Es fácil para ellos hacer vuelo de precisión milimétrica en reversa y en cualquier dirección que le plazca excepto volar de cabeza, aunque no descarto la posibilidad de que si quisieran, lo harían fácilmente.

Pertenecen al Orden de las apodiformes. Ésto indica que los colibríes tienen unas patas demasiado pequeñas, desproporcionadas y poco desarrolladas para su tamaño; algo así como el caso de los diminutos brazos del Tyrannosaurus rex. Es de esperarse, pues para éstos aviones cazas de jardín un tren de aterrizaje demasiado voluminoso significaría una carga extra que obraría en contra de sus magníficas cualidades de vuelo. Su garras diminutas son, no obstante, muy fuertes y se aferran con mucha fuerza a las ramas.

Pertenecen a la Familia Trochilidae. Éstas aves son nativas del Continente Americano y habitan desde México hasta la parte norte de Sudamérica. Existen muchas especies, algunas de ellas con los plumajes más hermosos y coloridos de entre todas las aves.

Los colibríes llevan una vida inocua para las demás especies de aves; son la expresión viva de la paz y la buena convivencia. Su alimento es el néctar dulce de las flores, las cuales busca con ansias debido a su permanente demanda de energía inmediata y explosiva, pues se dice que bate sus alas entre 60 y 70 veces por segundo y su corazón late tan rápidamente como un motor de un fórmula uno. Sus heces son casi líquidas debido a su dieta de jugos vegetales, y defecan a cada rato. Si algún día estás bajo un árbol y notas que caen pequeñas gotas de él, probablemente has sido cagado por una de éstas avecillas.

Explora cualquier objeto que remotamente parezca una flor tales como ropa en el tendedero, buscando en especial el color rojo. Posee un largo pico en forma de estilete, el cual introduce en el cáliz de las flores y usando su larga y fina lengua, sorbe a placer su combustible predilecto.

Por las noches, el caótico metabolismo del colibrí desciende a niveles mortuorios; supongo que a fin de ahorrar energía, el organismo del ave desacelera automáticamente todas sus funciones. Un colibrí durmiendo da la impresión de estar enfermo, pues es invadido por una torpeza difícil de creer en un pájaro tan hiperactivo. Su letargo desaparece por la mañana, cuando sale ávidamente a buscar su alimento.

En México existe la tradición de considerar a éstas aves como de buena suerte para el amor o los negocios. Aún suelen prepararse perfumes con supuestas propiedades mágicas para las cuestiones amorosas que incluían en el recipiente el cuerpo seco de un colibrí a fin de extraer sus imaginarias propiedades de seducción. También solían sacrificarse para portarlos como prendedores con los mismos fines sensuales. Ésta creencia está amenazando su existencia.
¡Nada mas falso! Los colibríes no tienen ninguna otra propiedad útil para el ser humano mas que polinizar las flores al alimentarse y servir de inspiración a poetas y de reflexión a todo el que quiera admirar el inigualable prodigio de la Naturaleza materializada en una pequeña y maravillosa ave multicolor.

Es posible admirar de cerca a éstas avecillas si se coloca en casa un comedero especial que se puede comprar en las tiendas de mascotas. Éste se debe llenar con una solución de azúcar en agua limpia y cambiarla con regularidad para que los colibríes de los alrededores acudan ávidos a darse un banquete. Tan pronto como coloqué un comedero con decoración floral en mi ventana, el colibrí de la foto acudió presuroso a examinar de cerca el atractivo objeto.

El comedero debe estar lejos del alcance de gatos domésticos y otras mascotas que podrían cazarlos. También se debe cuidar que el comedero no sea asaltado por las hormigas, quienes también tienen delirio por los dulces. Así, oculto de su vista puedes obtener fotografía de éstos pequeñas maravillas voladoras y hacerles dos o tres reverencias como agradecimiento por su visita.

Cuidados de un colibrí en cautiverio


En dos ocasiones han caído colibríes en mis manos. El último de ellos fue hallado en un jardín; no podía volar y se movía torpe y trabajosamente. Se pensó que tenía rota un ala y me fue traído para su curación y cuidado. Recién había entradoe l invierno y lo primero que me extrañó fue que en ésta época del año se hallaran colibríes. Creí prudente mantenerlo en casa hasta que la siguiente primavera para entonces liberarlo, pues de lo contrario, soltarlo en pleno invierno sería condenarlo a una muerte segura.

Me atrevo a pensar que el cambio climático que también se ha advertido en Tehuacán pudo haber confundido al colibrí (y quiźas a muchos más) en su migración anual. De éstos viajes migratorios en la región no se mucho pero supongo que el área de tierra caliente más cercana debe ser en la cañada oaxaqueña o quizás algunas aves crucen la cordillera de la Sierra Madre Oriental por el cañón del Río Santo Domingo, el cual conduce a las tierras cálidas del litoral del Golfo de México.
Calefactor para colibríes

Lo primero que hice fue improvisar un calefactor usando un pequeño recipiente de hojalata y un foco; dicho calefactor ha resultado maravillosamente útil para la supervivencia del ave. Para contener al ave usé una jaula que fabriqué a base de tiras de caña y forrada con tul. Lo segundo fue preparar un néctar a base de azúcar o miel disueltas en agua al cual le añado una gota de vitamínico para aves de ornato. Todo ésto le devolvió plena movilidad y vitalidad.

Una vez resuelto éstos asuntos primordiales pude darme a la tarea de observar detenidamente a éstas maravillosas aves. Pude darme cuenta de lo increíblemente sensibles que son a los cambios de temperatura y a la falta de alimento. Es imperativo para ellos abastecerse de energía de manera constante, pues de lo contrario caen rápidamente en un un estado de debilidad e hipotermia extrema que amenaza al pajarillo con la muerte.También pude observar que un colibrí requiere una cantidad considerable de néctar, hasta el doble de su propio volumen al día. Ésto explicaría que a falta de flores, el ave cayó en debilidad y así fue hallado en el jardín a punto de la muerte.


Los primeros días debí mantener el foco encendido las 24 horas del día hasta que el ave se estabilizó y se adaptó al cautiverio. Después solo lo encendí por las noches; por las mañanas lo pongo al sol, sesiones lumínicas que disfruta muchísimo.

Los difíciles cuidados que requiere un colibrí me hacen pensar en el terrible y desastroso efecto que el cambio climático global puede tener en éstos y y muchos otros organismos de igualmente delicado metabolismo y poco adaptables a sensibles variaciones medio-ambientales.




1 comentario:

  1. Prescribir la tenencia y cauteverio de colibríes.
    Incluso ningúna otra ave o animal.

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