CARRIZO

Carrizal a la orilla de la carretera

En Tehuacán es fácil encontrar carrizo; crece profusamente en cualquier lugar donde haya agua, por lo que es común verlo crecer a lo largo del curso de los riachuelos. Su nobleza es tal que incluso se desarrolla y pulula aún a la orilla de los fétidos canales contaminados con aguas negras de los suburbios de nuestra ortrora Ciudad Salud.
Al parecer se trata de Arundo donax, planta que se cree se originó en Asia y es una especie que ha colonizado buena parte del mundo. sin embargo tengo algunas cuestiones pendientes, pues en algunos lugares he hallado restos petrificados de lo que parecen ser rizomas de éste carrizo. Los tecuates son una muestra de ello.

Túbulos vegetales petrificados en El Riego

Petrificación no determinada en una zona de posibles carrizales fosilizados

Tallos huecos petrificados, muy semejantes a los del carrizo

Como dato adicional mencionaré que no tengo memoria de haber visto alguna vez la inflorescencia de éstas plantas. Según comentarios ésta planta no produce flores en éstas latitudes.

Si el carrizo es originario de Asia, entonces es posible que haya colonizado América hace miles de años, quizás haya sido traído por los primeros nómadas asiáticos que se supone ingresaron al continente americano, o incluso que lo haya colonizado desde mucho tiempo antes. La otra posibilidad es que ésta especie de caña no sea Arundo donax sino una especie oriunda de América.

Bueno, pero ésa cuestión se la dejaré a los botánicos y rastreadores de los orígenes remotos de las plantas. Hoy quiero hablar de ésta planta que a mi parecer, no ha sido debidamente apreciada.
Como ya dije, puede tratarse de una planta milenaria que vio a los primeros cazadores nómadas que se establecieron en el valle de Tehuacán hace unos 20,000 años. Luego, a la integración de las culturas indígenas preclásicas y clásicas, pasó a ser la mítica ácatl (caña). Ya en esos tiempos, una de las actividades más extendidas en la región era la cestería, usando desde luego los tallos del carrizo cortados en tiras longitudinales para elaborar canastas y cestos.
Desde entonces y hasta la fecha, el carrizo sigue siendo usado para la fabricación de canastos, cestas, artesanías y papalotes, sin dejar de lado su gran utilidad como material de construcción en la elaboración de vallas y techumbres en las chozas campiranas.

Valla de carrizo en Chazumba Oaxaca

Durante varias fiestas religiosas es común ver adornos tales como arcos y coronas hechos de carrizo. Invariablemente al término de éstas, el carrizo utilizado simplemente es desechado en calidad de basura. Al nopal y al carrizo solo se les va a ver cuando algo se requiere de ellos.
 Los carrizales son también unos interesantes micro-ambientes húmedos y oscuros que sirven de cobijo para una gran variedad de insectos, aves, reptiles y otros animalillos del campo. Su tupida maraña de hojas también puede ser el nidito de amor perfecto para amantes impacientes, refugio secreto para malvivientes y madriguera de salteadores de caminos.

Rizoma del carrizo

No obstante su milenaria existencia y su crucial importancia en el desarrollo de nuestra cultura, al carrizo no se le puede mencionar en una lista de plantas de ornato. Ni siquiera, que yo sepa, se ha hecho un estudio concienzudo y un homenaje a tan insigne planta que ha acompañado a los tehuacaneros desde sus más ancestrales y remotos orígenes. Incluso se le llega a considerar una plaga cuando sus rizomas se extienden formando una apretada red de raíces que llega a bloquear el cauce de los riachuelos y caños de desagüe. Sin embargo éstos rizomas pueden ser importantes para la fijación de la tierra y evitar su deslave. En el libramiento a Necoxtla justo a la altura del Tecnológico de Tehuacán hay una sección junto al Canal de Valsequillo que está siendo peligrosamente deslavada a la orilla de la carretera, erosión que podría evitarse de haber ahí un carrizal.

Carrizal arrasado debido a que taponó un canal de aguas negras

Honor a quien honor merece; que viva por siempre el venerable y no bien ponderado carrizo, nuestro bambú mexicano.