sábado, 7 de junio de 2014

ARAÑA SALTADORA


Foto: Yudy Sauw
En ésta ocasión quiero hablar de una familia de pequeñas arañas muy comunes en Tehuacán. Se trata de las llamadas "saltícidas", que proviene del nombre de la familia taxonómica Salticidae y que hace alusión a su notable habilidad para el salto.
Éstas arañas practican el nomadismo errante, pues no construyen nido ni telaraña como casi todas las arañas normales, y las hay de muchas especies.
Suelen vérseles recorrer las paredes en busca de sus presas predilectas: las cosmopolitas moscas y mosquitos.
Generalmente las arañas tienen movimientos toscos y poco tranquilizadores que provocan el inmediato temor y rechazo humano. Éstas arañas en cambio tienen movimientos ágiles, rápidos y de la más fina precisión micrométrica que atraen y causan simpatía. Suelen girar su atención en cualquier dirección cual periscopio hacia cualquier cosa que se mueva en busca de una potencial presa mientras abren y cierran constantemente sus pedipalpos ejercitando la mordedura venenosa que propinará a su víctima.
Son inofensivas para el ser humano pero no por su pequeño tamaño se amedrentan ante un curioso que ose aproximarse demasiado e incluso haga una ligera escaramuza de ataque a fin de alejarlo.

Resulta muy entretenido observar a una de éstas arañuelas mientras caza.
Al divisar a su presa, adopta una actitud felina; se aplasta contra el suelo y comienza a caminar muy lentamente agazapada cual diminuto tigre hacia su futura cena, tratando de hacer el menor ruido posible y mirándola fijamente y de frente con sus cuatro ojos frontales. Cuando consigue situarse a distancia de salto, se ancla astutamente pegando un hilo de seda al piso y entonces, haciendo uso de todo el potencial hidráulico concentrado en sus patas, salta prodigiosamente sobre el desprevenido insecto, la abraza férrea e inexorablemente con sus ocho patas peludas y le propina su mordedura fatal. En caso que el insecto resulte demasiado fuerte o se le escape, la araña evita ser arrastrada por los aires precisamente por su prudente y oportuna ancla de seda.
Cuando su presa deja de luchar paralizada por los venenos de la araña, ésta se la lleva triunfal entre sus palpos a un lugar oculto a fin de sorber tranquilamente sus jugos vitales hasta la última gota.

Éstas arañas tienen cuatro de sus ocho ojos mucho más enfocados hacia el frente que las demás arañas, lo cual le brinda una visión estereoscópica, muy útil para calcular la distancia y alcance de sus saltos. Además resulta impresionante que sus movimientos resulten tan increíblemente finos y rápidos cuando no poseen músculos, sino un verdadero sistema hidráulico que mueve fluidos corporales a través de las tuberías mecánicas de sus patas al igual que en todas las arañas.
Luego de observar una jornada de cacería de éstas arañas, no se puede hacer menos que sentir aprecio por éstas pequeñas y adorables arañas, las que más bien deberían llamarse "araña-gato" por sus notables y eficientes cualidades cazadoras.

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