martes, 18 de junio de 2013
LA LUCIÉRNAGA
La tendencia de la tecnología es la reducción de tamaño y el aumento de la eficiencia; hecho notable al observar tan solo la evolución en las mejoras de los ordenadores y los teléfonos móviles por solo poner un ejemplo. La luciérnaga ya había ha resuelto ambos asuntos aún desde antes que el hombre usara la primera flecha. Aún antes que el fuego fuera domesticado, ya la luciérnaga había logrado incorporar una brasa y una estrella a su abdomen.
El consumo kilowatt-hora de todas las luciérnagas de una comarca entera es apenas superior al de un humilde fósforo encendido.
También resolvió primero el problema de la luz incandescente, pues desde hace milenios su luz es fría y no altera el ambiente, lo que le hace ser 100% ecológica.
La luciérnaga proviene de un cuento de hadas, de la magia de la noche, del perfume de las flores, de la suave brisa de la oscuridad, de detrás del velo de los recuerdos más buenos de la infancia.
Éste luminoso insecto era muy abundante en Tehuacán; en las noches de verano podían apreciarse infinidad de ellas con tan solo asomarse a la vieja y oscura calle. Durante un paseo nocturno al campo cercano se tenía con las luciérnagas una réplica del firmamento con todas y cada una de sus estrellas titilantes.
Éstos coleópteros pertenecen a la familia Lycidae. Producen su luz en base a ciertas reacciones químicas en sus entrañas. Para quienes quieran una explicación más profundaa y entienden de bioquimica, se trata de la oxidación de la luciferina en presencia de la enzima luciferasa según la siguiente reacción:
No obstante la obstinada y chauvinista apreciación estética humana, la luciérnaga no pierde el tiempo con éstas intrincadas combinaciones alquímicas desarrolladas a la perfección a lo largo de miles de años de evolución; su luz intermitente es un sofisticado lenguaje enfocado a fines más prácticos y vitales que solo servir de inspiración a poetas. Su brillo intermitente son señales codificadas exclusivos de cada especie gracias a lo cual los machos y las hembras afines pueden encontrarse en las tinieblas. Se trata pues de un cortejo luminoso destinado a garantizar la perpetuación de la especie.
Hay unas especies de luciérnagas malévolas que han logrado decodificar e incorporar el código secreto calculando astutamente la intensidad y la velocidad de los pulsos de luz de otras luciérnagas. Cual deseables damiselas se posan a la vista y reproducen las señales sexys aprendidas. Los machos que sobrevuelan cerca son entonces engañados por éstas seducciones y caen fatalmente en las fauces de la especie caníbal.
Como muchas otras especies, su abundancia es un termómetro, un indicador del nivel de salud del medio ambiente. De ser sumamente abundantes, hoy día son mas bien raras de ver. Ojalá las nuevas generaciones tuvieran la maravilla de disfrutar de la vista de miríadas de éstos magníficos bichos de luz en cualquier noche de verano.
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