Éstas lagartijas habitan zonas semi-desérticas como la de la región de Tehuacán. Son de cuerpo regordete y redondeado de unos 15 cm de largo cuando adultos. Su piel es áspera y espinosa; su coloración les proporciona cierto camouflaje en el suelo del desierto. En la cabeza tiene protuberancias agudas que le dan un aspecto poco tranquilizador. Cuando son sorprendidas suelen enfrentaser a su enemigo avanzando hacia é,l pero ésta estrategia es pura exhibición. Si el intruso persiste recurre a un arma muy curiosa: es capaz de expeler un pequeño chorro de sangre por los ojos en dirección a su atacante, quien usualmente es desconcertado por éste súbito baño mientras el reptil escapa.
Se alimenta de insectos del suelo del desierto. Debido a su piel escamosa y dura resiste las picaduras de hormigas sobre las que también depreda.
Son animales totalmente inofensivos. Se tiene la falsa creencia de que son venenosos, además de que hay supersticiones sobrenaturales totalmente falsas en torno a ellos..
Como todos los reptiles, es difícil mantenerlos en cautiverio, pues necesitan periodos de luz solar que ellos mismos regulan saliendo y entrando de sus escondrijos además de una alimentación adecuada para mantenerlos saludables; es mejor no adquirirlos como mascotas.
En la Reserva de la Biósfera Tehuacán-Cuicatlán son muy abundantes; su tráfico está prohibido. Son animales pacíficos y muy tranquilos que es mejor admirar en su hábitat natural. No fomentar el tráfico de éstas especies. Si visitas el monte tampoco los molestes ni los mates; solo admíralos o fotografíalos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario