La golondrina pasa una parte del año entre las frías regiones de Alaska y el norte de Canadá y las regiones templadas, como el centro de México, Europa Occidental, África del norte o Asia Oriental. En todo este amplio territorio del hemisferio norte efectúa la puesta y la cría. La hibernación la realiza fundamentalmente en el hemisferio sur, llegando desde Costa Rica o las Antillas hasta las regiones patagónicas de Tierra del Fuego e Islas Malvinas, o el Cabo de Buena Esperanza, en el sur de África, entre otras. Todo lo anterior habla de lo notable de sus larguísimos vuelos internacionales
Construye su nido con barro y hierba, por lo que en Tehuacán se le observa con la llegada de las lluvias. Puede vérsele aterrizar torpemente en los lodazales (sus patas son pequeñas y débiles no obstante sus notables adaptaciones al vuelo acrobático) para recoger bocanadas de barro. Al mezclarlo con saliva el barro es muy buen material de construcción, pues sus nidos resultan tan duraderos que suelen ser reutilizados año con año por la misma pareja de aves, lo cual también prueba su extraordinario sentido de orientación global. Suelen fijar su nido a vigas de madera y paredes de las viviendas, tolerando muy bien la presencia humana.
Los huevos son de alrededor de 14,8 mm de largo y de cascarón un poco amarillento y con muchas pequeñas manchas parduscas o grisáceas, chispeadas irregularmente en toda la superficie.
La hembra permanece en el nido, en tanto que el macho sale en busca de alimento, yendo y viniendo incansablemente con alimento para su voraz e insaciable familia.
Fuente parcial: Wikipedia
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