jueves, 19 de mayo de 2011

EL CORRECAMINOS




Éstas aves habitan los alrededores de la ciudad de Tehuacán. Los he divisado por la meseta de El Riego y en el cerro de La Cantera. Su nombre es Geococcyx velox. Son aves cuculiformes emparentadas con los loros, lo que significa que tienen patas con dos dedos apuntando hacia adelante y dos hacia atrás. Mide unos 45 cm incluído el rabo (mas o menos del tamaño de una super-urraca muy bien alimentada). Su plumaje es de color castaño claro o grisáceo con negro, lo que le provee un camuflaje adecuado para su ambiente. Tiene un copete eréctil (que lo para cuando quiere) en lo alto de la cabeza. Posee unas largas y desproporcionadamente musculosas patas, que le permiten alcanzar altas velocidades a la carrera y lograr pegar prodigiosos saltos en vertical. Es imposible mantener uno de éstos animales en un patio aunque esté bardeado; el correcaminos saltará como impulsado por resortes y escapará de su cautiverio. Su larga cola le sirve como balancín al correr y le permite hacer giros rápidos. 
Éste campeón velocista de los desiertos se alimenta de insectos, lagartos y serpientes que atrapa con su robusto y filoso pico. Posee unos reflejos como de rayo que le permiten esquivar piquetes y mordeduras de sus renuentes y furibundas presas hasta derrotarlas del todo en una lluvia de picotazos, aletazos y patadas. Es rápido, violento y contundente al atacar. Observándolo capturar con esa fiereza a sus presas se enchina la piel al pensar en los salvajes modales que debieron poseer sus lejanos antepasados los velocirraptores. 
Se le suele divisar furtivo entre los matorrales para cubrirse del sol ardiente mientras busca a sus presas.
Su nombre común, “correcaminos”, proviene de su hábito de correr en frente de vehículos en movimiento, y luego refugiarse en los matorrales que bordean los caminos.. Lo  frecuentemente corriendo presuroso cruzando el cerro y por más que esperé oculto un tiempo razonable, jamás descubrí a un cansado, jadeante y hambriento coyote yendo en pos de él, por lo cual tenemos una de dos opciones: o se confirma que el correcaminos es mucho más veloz de lo que se suponía, o la leyenda del correcaminos y el coyote es de nuevo una rotunda y absoluta falsedad.

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