viernes, 20 de mayo de 2011

EL AJO


(Allium sativum)

Un poco de Historia: Al parece ésta hortaliza es originaria de Asia y se extendió a Europa y a toda América en tiempos de la Conquista. Los egipcios lo consumían atribuyéndole propiedades fortificantes y vigorizantes. En la vieja Grecia y Roma era muy consumido por soldados, navegantes y campesinos. Los gladiadores lo consumían bastante debido a sus supuestas propiedades afrodisiacas. Durante la Edad Media se le usó para combatir algunas enfermedades que aún no se sabía eran infecciones bacterianas. En la Primera Guerra Mundial se le usó como antiséptico externo alternativo.
Propiedades: El ajo contiene alicina, que tiene probadas propiedades antibióticas in vitro (en el laboratorio) contra las bacterias que causan infecciones como la candidiasis, la tifoidea, la disentería, el cólera; el colibacilo y el estafilococo dorado (infecciones purulentas de la piel).
El principal principio activo del ajo es la alicina, un compuesto azufrado responsable de su olor. La aliína es producida solamente cuando el ajo es rebanado o machacado debido a la unión de dos sustancias presentes en el bulbo, por lo que ingerir los dientes de ajo enteros no parece ser la mejor opción. Es un potente antioxidante. Ésta aliína se degrada rápidamente por lo cual es mejor consumir el ajo recién machacado mezclado con miel. El calentamiento a más de 60 grados destruye sus propiedades.

Enumeremos las principales propiedades terapéuticas del ajo:

-Antibiótico contra numerosos hongos, bacterias y virus
-Reduce presión arterial y el colesterol
-Incrementa el nivel de insulina en sangre
-Control sobre los efectos de la arterioesclerosis y el reumatismo
-Prevención de ciertos tipos de cáncer
-Algunas complicaciones de la diabetes mellitus
-Reversión de la ansiedad y el estrés
-Vermífugo
-Anti-verrugas de la piel
-Contra la ronquera y la tos
-Expectorante (expulsión de flemas)

No obstante éstas prometedoras porpidades, es aconsejable no consumirlo en demasía por vía oral, pues sus efectos químicos intensos pueden dañar al intestino.

El ajo tiene el pequeño inconveniente de su intenso olor. Si se somete uno al tratramiento de ajos hay que soportar el fuerte olor que se transpira por todos los poros de la piel, en especial por el aliento. 

En San Gabriel Chilac se cultiva con profusión el ajo, siendo su cultivo (según me dicen) un tanto delicado debido a sus estrictos requerimientos de humedad y drenaje.


Para mayor información consultar los siguientes enlaces y otros muchos más (y por supuesto, al médico, al naturista o a los hierberos de la calle Agustín A. Cacho, por San Francisco)



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