Las cigarras son insectos del orden Hemiptera ( alas mitad duras, mitad membranosas) emparentadas con los pulgones y las chinches, por lo que presentan un aparato bucal picador con el que succionan savias vegetales.
Tienen sus ojos muy separados en la cabeza. Sus alas anteriores son enormes y visibles, mientras que las posteriores son más pequeñas y quedan ocultas durante el reposo.
Su característica más peculiar es su fuerte canto o chirrido producido por la frotación de placas quitinosas a los costados de su abdomen. Si se observa el abdomen de una cigarra se pueden apreciar sus segmentos muy separados y basta con tocarlo para producir el ruido del chirrido, pero para hacer ésto el problema primero es agarrarla, pues son insectos sumamente esquivos. Sus órganos auditivos se hallan igual en el abdomen. Por medio de éstos sonidos atraen a las hembras.
Su color y textura externa la hace confundirse fácilmente con su entorno.
En la región de Tehuacán se halla una especie de poco más de un centímetro de longitud pero capaz de emitir un chirrido bastante fuerte para ser escuchada a gran distancia. Su zona bucal vista de frente parece la parrilla delantera de un auto.
Las hay más grandes, de hasta 6 cm de largo, siendo su canto mucho más fuerte aún. Suelen aparecer en la primavera y entonar su canto a las horas en que empieza a sentirse el calor.
Los insectos jóvenes caen al suelo y penetran en la tierra alimentándose de la savia de las raíces. Así pasan de 4 a 17 años dependiendo de la especia. Entonces emergen y mudan de piel a la forma adulta. Las cigarras solo viven el tiempo preciso para aparearse y poner sus huevos (unas dos semanas). Los machos pueden llegar a morir por complicaciones en su aparato musical integrado.
Su taxonomía es complicada y aún no bien definida.
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